La piorrea o periodontitis es una enfermedad inflamatoria que conduce a la destrucción del hueso de sostén dental. Se trata de un proceso infeccioso de la encía y del aparato de inserción adyacente al diente, producido por diversos microorganismos que colonizan el área supra y subgingival.
Esta enfermedad dental es, junto con la caries, la patología con mayor prevalencia en el ser humano. En España la sufren 8 de cada 10 personas mayores de 35 años y puede conllevar a la pérdida de dientes.
La piorrea es una enfermedad multifactorial en la que las bacterias de la placa bacteriana ejercen un daño que se manifiesta por la inflamación de las encías, mal olor de boca, destrucción de hueso de soporte del diente, y finalmente la movilidad y la pérdida del diente.
Aun así, en ocasiones está relacionada con el sujeto porque, a pesar de la importancia de la placa bacteriana y del sarro subgingival, sólo algunas personas desarrollan una destrucción avanzada.
El sistema de defensa individual está mediado por una reacción inflamatoria e inmunológica específica que trata de contener la agresión bacteriana. Existen una serie de factores de riesgo que disminuyen la capacidad de defensa del paciente y, de este modo, potencian la actividad y agresividad bacterianas como puede ser el tabaco, la ansiedad y la genética.
El tabaco acentúa altamente la severidad de lesiones consecuentes de la piorrea y, además, empeora la respuesta al tratamiento. De este modo, fumar está directamente relacionado, tanto con el daño que puede ocasionar una vez diagnosticada la enfermedad periodontal, como con el aumento de riesgo para sufrir dicha enfermedad.
Por lo que respecta a la ansiedad, ésta produce alteraciones en las defensas del paciente. Debido a su estado de ánimo, éste puede descuidar hábitos de higiene que repercuten en su control de placa bacteriana. Además, la ansiedad incentiva un aumento de la ingesta de grasas en la dieta con la consiguiente disminución de la respuesta inmune.
La piorrea es una infección provocada por bacterias y, por tanto, puede contagiarse. Varios estudios han demostrado que las personas que conviven durante años con un paciente periodontal, tienen entre un 20 y un 30 % más probabilidades de desarrollar la enfermedad. Los familiares más susceptibles son las parejas estables y los hijos, y el vehículo de transmisión, la saliva.
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