Unas encías infectadas e inflamadas son un factor de riesgo importante si se sufre un contagio grave por coronavirus, según las conclusiones de un trabajo que publica este miércoles la revista Journal of Clinical Periodontology. El artículo es el resultado de cruzar los datos de la salud bucal, en concreto del grado de periodontitis, con la evolución de pacientes con covid graves (que murieron, necesitaron ingresar en una UCI o respiración asistida) en Qatar entre febrero y julio de 2020. El resultado de este trabajo observacional (se recogieron los datos de 568 enfermos) es que la letalidad entre quienes tenían una enfermedad en las encías avanzada es de 8,8 veces mayor a la del resto de la muestra; la de ingresar en una UCI, 3,5 veces más, y la de necesitar respiración asistida, 4,6.
La periodontitis es una inflamación de las encías debido a un proceso infeccioso que se va comiendo el hueso donde están anclados los dientes, explica Mariano Sanz, catedrático de Periodoncia de la Universidad Complutense de Madrid y coautor del trabajo. La enfermedad está estratificada en cuatro niveles, y el empeoramiento afecta a los dos más graves, el tres y el cuatro. Se han tomado datos de Qatar porque es un país que tiene digitalizadas tanto la historia clínica como la dental, lo que no sucede en países como España, en los que la parte odontológica se atiende sobre todo en la sanidad privada y no hay fácil acceso a esa información, añade Sanz. Además, el investigador principal del trabajo, Faleh Tamimi, es decano este año en la Universidad de Qatar. En el trabajo participa también la Universidad McGuill de Escocia.
“Es una correlación muy fuerte”, admite Sanz, expresidente de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (Sepa), quien destaca que se han tomado todas las garantías para que no haya sesgos en la muestra, por ejemplo, por la edad o por la existencia de otras patologías que se sabe que agravan el pronóstico de la covid, como la diabetes. “Hemos medido la pérdida de hueso a partir de las radiografías de la historia. Por eso era importante que estuvieran digitalizadas. Cuando una persona ingresa con covid no es cuestión de estarle haciendo radiografías para otra cosa”, comenta.
En el trabajo no se ha investigado el porqué de la relación, pero se sabía ya, por ejemplo, que la periodontitis es un factor de riesgo para personas intubadas, señala Sanz. La relación se debe, aparentemente, a que la enfermedad de las encías “es una inflamación sistémica”, que cursa elevando los mismos indicadores moleculares que se han visto en la parte inflamatoria de la infección por covid, y “los efectos se suman”. Además, la mucosa bucal y la de la lengua tiene muchos receptores ECA-2, que son los que usa el coronavirus para entrar en las células, añade Sanz, de donde se puede dispersar al resto del cuerpo.
Este factor tiene importancia, porque en España alrededor del 95% de la población tiene algún problema en las encías, y entre los adultos hasta un tercio tiene periodontitis en algún grado, señala Sanz. “El problema grave es que muchos casos no están diagnosticados o tratados a tiempo, cuando todo es más sencillo y deja muchas menos secuelas”.
Lior Shapira, presidente electo de la Federación Europea de Periodoncia (EPF), apunta que este trabajo, aparte de las medidas de prevención para la transmisión del coronavirus como la distancia social y las mascarillas, resalta “la necesidad de extremar la higiene bucal”. En los pacientes de covid, esta medida es aún más importante, y se puede conseguir con colutorios específicos (povidona yodada, cloruro de cetilpiridinio), ya que “los pacientes con periodontitis tienen mayor probabilidad de desarrollar una tormenta de citoquinas”, el proceso inflamatorio descontrolado que desencadena la infección, dice Shapira. En la práctica, los médicos deberían preguntar al paciente de coronavirus si tiene algún problema de encías, como sangrado, o revisar ellos mismos la boca en busca de placas, opina, para tratarlo lo antes posible.
La relación de la salud de la boca con diversas patologías es un campo que avanza. Ya hay descritas relaciones con problemas cardiovasculares y con la diabetes. Cuando los compradores de caballos les miraban la boca para ver su estado de salud, sabían lo que hacían.
Fuente: El País